🧩 Premisas Principales 


El enfoque sistémico se basa en una serie de premisas que permiten comprender el comportamiento humano desde una perspectiva integradora y relacional. A continuación, se presentan sus principales fundamentos:

🔹 1. El todo no se comprende solo desde sus partes

Según Rodríguez (2016), el enfoque sistémico sostiene que no basta con estudiar cada parte de un sistema de forma aislada, sino que es necesario comprender las relaciones e interacciones entre ellas. Esta visión se aplica especialmente a fenómenos complejos como los seres humanos y las organizaciones sociales, que requieren un análisis global.

“El comportamiento de un sistema solo puede entenderse desde la totalidad y la interacción entre sus elementos”
(Rodríguez, 2016)

🔹 2. La interacción y la comunicación son fundamentales

Los sistemas se caracterizan por la interacción constante entre sus componentes. La comunicación, tanto verbal como no verbal, es la base del funcionamiento del sistema. Como señalan Ruiz Roa, Navarro Obied y Castro Hernández (2018), los patrones de relación son los que dan forma al sistema.

Para comprender o intervenir en un sistema, es esencial analizar cómo se comunican sus elementos.

🔹 3. Un cambio afecta a todo el sistema

Una transformación en cualquier parte del sistema impacta al conjunto, ya que los elementos están interrelacionados. Esto demuestra la interdependencia sistémica, donde nada ocurre de manera aislada.

“Ningún elemento puede modificarse sin generar consecuencias en el todo”
(Vital et al., 2015)

🔹 4. Evolución, adaptación y autorregulación

Los sistemas son estructuras dinámicas que buscan mantener un equilibrio interno (homeostasis), pero también tienen la capacidad de adaptarse a nuevas condiciones. A través de procesos de retroalimentación, pueden ajustarse, corregirse y evolucionar continuamente.

“Los sistemas no son estáticos, están en permanente reorganización frente a los desafíos”
(Editorial UNAD)

🔹 5. El contexto es parte activa del sistema

Para el enfoque sistémico, el contexto no es algo externo, sino una parte integral del sistema. El entorno influye directamente en las dinámicas internas y debe ser considerado en cualquier análisis o intervención.

“El sistema no puede entenderse sin su entorno”
(Rodríguez, 2016; Vital et al., 2015)

Estas premisas reafirman que el enfoque sistémico es una herramienta poderosa para analizar y comprender fenómenos humanos desde la complejidad, la interdependencia y la comunicación. Aplicarlo implica mirar más allá del individuo e incluir el conjunto de relaciones y condiciones que lo rodean.