🧠Conceptos teóricos y disciplinares

El enfoque sistémico se apoya en conceptos teóricos provenientes de diversas disciplinas como la biología, la teoría general de sistemas, la cibernética y la teoría de la comunicación. Estos fundamentos permiten comprender el comportamiento humano desde una mirada integral y relacional, considerando las múltiples interacciones dentro de los sistemas a los que pertenece el individuo.

🔹 ¿Qué es un sistema?

Un sistema es un conjunto de elementos que interactúan entre sí y funcionan como una totalidad. En psicología, esto implica que el individuo debe entenderse como parte de un sistema más amplio, como la familia, el grupo social o la comunidad.

🧩 “Las problemáticas individuales muchas veces reflejan tensiones dentro del sistema en el que la persona vive.”

🔄 Sistema abierto y circularidad

  • Un sistema abierto está en constante intercambio con su entorno. Por ejemplo, una familia cambia y se adapta según las condiciones externas e internas.
  • La circularidad rompe con la idea de causa-efecto lineal. No se trata de buscar culpables, sino de entender cómo las acciones de cada miembro influyen mutuamente.

🔁 “El enfoque sistémico transforma la forma de intervenir en psicología, enfocándose en las interacciones, no solo en los síntomas individuales.”

⚖️ Homeostasis y retroalimentación

  • La homeostasis es la tendencia del sistema a mantener el equilibrio.
  • La retroalimentación permite que el sistema ajuste o modifique su funcionamiento en base a la información que recibe.

🔍 Estas ideas explican cómo los grupos o familias pueden adaptarse, estancarse o evolucionar frente a las situaciones que enfrentan.

En conjunto, estos conceptos convierten al enfoque sistémico en una herramienta poderosa para comprender al ser humano en su contexto social, reconociendo su complejidad, interdependencia y capacidad de transformación.

📚 “La familia se asume como un sistema abierto […] centrarse en las interacciones actuales entre sus miembros, en lugar de estudiar a cada uno por separado”

(Hernández & Bustos, 2015, p. 42).